Plumas x plumas
Desde Atacama los ex champions de la COP abordan la sequía: "No es crisis, es emergencia climática"
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Ahí están, sentados, frente a una treintena de asistentes que escuchan con atención cada palabra. Gonzalo Muñoz y Nigel Topping, los dos últimos High Level Climate Action Champions de las COP 25 y 26, comparten con representantes de diversos pueblos atacameños.
En la instancia, los presentes -quienes se dedican a la industria del turismo, un rubro profundamente afectado por la pandemia- les transparentan sus principales preocupaciones: escasez hídrica (ver recuadro), poco flujo de extranjeros y una industria minera que, según ellos, no respeta el medio ambiente.
Es martes 21 de diciembre y es su última tarde en San Pedro de Atacama. Y como tal, la destinaron a conversar con comunidades locales. Muñoz y Topping, que están acostumbrados a liderar reuniones con empresarios, autoridades gubernamentales y activistas climáticos, coincidieron en la delicada situación de Antofagasta, una región con altos niveles de sequía, pero una creciente industria “verde”, con parques eólicos y plantas termosolares, como Cerro Dominador.
“Viajar y tener una idea de lo que pasa en un lugar es clave. Uno está acá, siente el calor, observas la arquitectura y el sistema de racionalización de agua. No puedes tener eso con una llamada por Zoom”, dice Topping, escocés, ex CEO de We Mean Business -una coalición de empresas que trabaja para acelerar la transición hacia una economía sin carbono- y “champion” de la COP 26.
Topping estuvo tres semanas en Chile, donde se reunió con diversos ejecutivos y autoridades. Todo lo hizo con su colega -y amigo- Gonzalo Muñoz, cofundador de TriCiclos y Sistema B, y quien en 2019 fue elegido por Sebastián Piñera para representar a Chile en la COP 25.
“Fui el primer champion que no venía de un cargo político. Fue una apuesta arriesgada que funcionó. Logramos hackear el sistema para que funcionara de manera distinta”, relata sentado en el living del hotel Explora de San Pedro de Atacama -cadena de turismo ligada a la familia Ibáñez con hoteles en Argentina, Bolivia y Perú-, donde se organizó el evento con las comunidades atacameñas.
Hace 45 días terminaron la COP 26, la edición más importante del encuentro climático más influyente del mundo desde la COP 21, donde se negoció el acuerdo de París, un ambicioso plan que estableció estrictas medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. “Si el sueño de Glasgow era concluir las negociaciones para pasar a la implementación, eso ocurrió”, opina Muñoz.
La selfie en la ONU
Se conocieron en 2019, en la Asamblea General de las Naciones Unidas de Nueva York. Fue ahí cuando Nigel Topping vio por primera vez a Gonzalo Muñoz, quien estaba por comenzar su primer discurso como High-Level Champion de la COP 25. “Normalmente esas reuniones son muy aburridas. Después de todo, es la ONU, mucha formalidad. Pero lo primero que recuerdo de él es que antes de comenzar a hablar, nos dio la espalda y se tomó una selfie. Logró cambiar todo el ambiente. Ahí dije: ‘Este tipo es interesante’”, asegura el europeo.
Gonzalo Muñoz lo interrumpe riendo: “Yo les dije a los presentes: ‘Imagínense les toca presidir una reunión donde se encuentran con muchos de sus héroes. ¿Qué harían? Sean honestos y empiecen tomándose una selfie’”.
Desde esa jornada se volvieron amigos, muy amigos, insisten. De esos que terminan las frases de cada uno, combinan outfits y planean viajes en conjunto. “Son como Melón y Melame”, complementa una persona cercana.
Antes de la COP 25, el equipo de Reino Unido, el país anfitrión de la siguiente edición de la Conferencia de las Partes, le preguntó a Muñoz por un candidato para que ocupara el rol de champion. Y él no dudó. Sugirió el nombre de Nigel Topping. Dicho y hecho: en enero de 2020 el Primer Ministro Boris Jonhson le extendió la invitación. “Cuando me preguntaron ni siquiera lo pensé. Fue una decisión de tres segundos porque estuve preparándome 20 años para ese momento”, recuerda Topping.
Desde entonces, Muñoz y Topping formaron una estrecha relación profesional, que se basó en construir puentes con diversos actores para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Cuando estuvieron juntos en Davos en enero de 2020 comenzaron a delinear su estrategia, la cual se interrumpió con la pandemia.
“No nos vimos por más de un año, hasta junio de 2021”, recuerda Muñoz, quien dice que coordinaron, virtualmente, a un equipo de más de 100 personas repartidas por el mundo. “Cuando nos vimos de nuevo empezamos a viajar para recuperar terreno. Fuimos a Londres, Nueva York, el Caribe, Dubái, Bonn, Edimburgo, Glasgow y luego Chile”.
“Logramos construir dos conceptos clave: el primero, ‘dos champions, un equipo’ -que unificó la hoja de ruta de Chile y Reino Unido-, y ‘colaboración radical’, que nos permitió juntar todos los esfuerzos para conseguir los objetivos”, recuerda Muñoz.
“Chile ha abrazado la transición energética”
El 3 de diciembre el Presidente Sebastián Piñera almorzó por casi dos horas con Gonzalo Muñoz y Nigel Topping. Ambos llegaron a La Moneda con sus mascarillas de la COP 26 y la misma corbata.
Ahí, Muñoz le entregó un pendrive al mandatario con todos los avances de estos últimos tres años. “Era un momento para rendir cuentas, había llegado al fin de mi rol en Glasgow”, recuerda el champion de la COP 25, quien agrega que también conversaron con los ministros Juan Carlos Jobet (Energía y Minería), Andrés Couve (Ciencias) y la ex titular de Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
“Fue la primera vez que hablé con un presidente. Tuvimos una gran conversación analizando los procesos de transformación en Chile y el mundo”, dice Topping.
-¿Cómo califican los esfuerzos de Chile en materia verde?
-(Nigel Topping) Como pasa muchas veces en la historia, el rol de Chile será olvidado por la COP en Glasgow, al igual que el rol que tuvo Perú -en la COP 20- que sentó las bases para el acuerdo de París en la COP 21.
-Chile ha potenciado la industria del hidrógeno verde, concretado un plan de descarbonización e incentivado las energías renovables. ¿Qué piensas al respecto?
-(NG) Chile es un líder global. No es Estados Unidos, China o la India, pero los países pequeños pueden demostrar más agilidad. Han abrazado la transición energética y ya son un ganador, porque tienen grandes plantas de energía solar, eólica y recursos en cobre y litio. Chile terminó su presidencia de la COP 25 con una reputación significativamente más grande que hace dos años. Ahora es considerado un gran socio en el sistema multilateral y tiene un encuadre de políticas públicas muy claro para liderar la transición energética.
“El carbón se murió en Glasgow”
A pesar de ser catalogada por algunos como un éxito, la COP 26 también fue un foco de grandes críticas, especialmente de grupos activistas. De hecho, la joven sueca Greta Thunberg afirmó que el evento había sido “un fracaso” y que “los líderes no están haciendo nada. Están creando vacíos legales activamente y configurando marcos para beneficiarse ellos mismos y seguir sacando provecho de este sistema destructivo”.
-¿Cómo interpretan las críticas que recibieron?
-(Gonzalo Muñoz) Lo más importante era firmar el libro de reglas del Acuerdo de París. Eso se logró y no fue fácil. Costó hasta el último minuto. Estuvimos a muy poco que eso no ocurriera, entonces no demos por sentado cosas como esas. También logramos alinear al mundo con el objetivo de los 1,5 grados. Y respecto al carbón… el carbón murió en Glasgow.
-(NT) El cambio climático es un reflejo de todo lo que está mal en la sociedad, porque manifiesta los problemas del capitalismo que extrae valor sin pagar por las externalidades negativas. Entonces todos los que se preocupan por la naturaleza y el futuro de las generaciones están motivados a criticar. Eso estuvo muy presente en Glasgow, hubo mucho enojo.
Y nosotros tratamos de honrar eso porque es válido, no podemos decir: “Niños, no se preocupen, nosotros nos encargamos”. La situación es muy seria. Cuando la BBC me preguntó lo que pensaba cuando los activistas bloquearon las carreteras en Reino Unido, yo dije que las protestas pacíficas eran válidas, especialmente en un estado de emergencia.
-(GM) Hay una porción de la sociedad que cumple el rol de estar siempre disconforme y mover la frontera de lo posible. Y quienes conocemos la emergencia climática debiéramos agradecer permanentemente a esas personas que manifiestan su disconformidad y están pidiendo más. Ellos cumplen un rol.
-¿Cuál fue el momento más tenso de la COP 26?
-(GM): Hay muchas cosas que Nigel no puede contarte porque podría quedar expuesto, pero en un proceso de negociación ocurre que en determinados momentos te sorprendes con situaciones que tú creerías que están avanzando de buena manera, y te sientes traicionado. Hay detalles muy específicos. Nosotros interpretamos cada verbo, cada palabra. Hubo momentos de alta tensión, por cosas que se dijeron, por cosas que se hicieron públicas...
-(NT) Como que éramos lobbistas por el petróleo (ríe).
-(GM) Si alguien esperaba que una persona iba a apretar un botón que apagaría todas las turbinas del mundo, eso no iba a ocurrir. Además, cada acción tiene distintas consecuencias. El hecho de que todos los países quedaran disconformes es una buena señal, eso habla de una buena negociación.